Para pensar!

domingo, 12 de diciembre de 2010

Mañana puede ser nuestra casa
Javier Miglino
Para LA NACION
Domingo 12 de diciembre de 2010 | Publicado en edición impresa Comentá (190)Compartir

Los argentinos asistimos virtualmente paralizados por el desparpajo y la impunidad con que actúa un nutrido grupo de violentos que pretende apropiarse por la fuerza del parque Indoamericano. Durante días, llamó la atención la ausencia del Estado nacional, en general, y de la Presidenta, en particular, en el asunto, lo que despierta enormes suspicacias.

El gobierno de Mauricio Macri y su anémica Policía Metropolitana poco pueden hacer ante el ataque perfectamente organizado llevado adelante por células que actúan mucho más cercanas a una mafia que a un grupo de vecinos que piden un techo.

Un caballero que se identificó como boliviano, presente en el lugar usurpado, se declaraba ante las cámaras de televisión proclive a "compartir la tierra, no como otros egoístas que la quieren toda para ellos" (sic).

Resulta bochornoso escuchar semejantes manifestaciones, toda vez que es sencillo compartir lo que es ajeno.

A la catarata de delitos cometidos por los violentos se sumó la inmoralidad plasmada en el silenzio stampa del Estado nacional que, como titular de las fuerzas federales de seguridad (Policía Federal, Gendarmería y Prefectura), debe: 1) garantizar el orden público; 2) garantizar el combate al crimen y las mafias; 3) garantizar la lucha contra la violencia, y 4) garantizar la protección del espacio público.

No se aprecia cuidado ni protección estatal cuando un grupo de forajidos perfectamente organizados toman por asalto un parque con una violencia sólo vista en los años 70. Quedarnos de brazos cruzados es el peor escenario que podemos ofrecer a los violentos que pretenden robarnos el Indoamericano. Hoy es Villa Soldati, mañana puede ser nuestra propia casa.

El autor es titular de la organización vecinal Defendamos Buenos Aires.

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